¿Qué hacer cuando llegue la cuenta?

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Has quedado a cenar con una chica que te interesa. La cena ha sido agradable, habéis conversado, os habéis reído, y crees que lo estás haciendo bien. Ahora, llega la cuenta y no lo quieres estropear, ¿qué hacer?


¿Pagas tú? ¿Dejas que pague ella? ¿Qué pague quién propuso la cena? ¿Pagáis a medias? ¿Realmente importa?

Vamos a analizar la situación para obtener una conclusión que te sirva para tu próxima cita.

Centrémonos en visualizar el propósito de la cita. ¿Para qué has quedado con la mujer que tienes delante? Para pasar un buen rato juntos y tal vez llegar a conoceros mejor, ¿verdad?

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Por tanto, tu objetivo de la noche no es pagar la cuenta, sino pasar un buen rato. De la misma forma que el objetivo para ella no es conseguir una cena gratis, sino pasar, a su vez, un buen rato.

Así que: QUIEN PAGA LA CUENTA ES IRRELEVANTE.

Ahora llega la cuenta. Que pagas tú, bien. Que paga ella, bien. Que compartís la cuenta, bien. NO IMPORTA. Tienes que recordar tu verdadero objetivo en la cita: estás ahí para pasarlo bien.

NO QUEDAS A CENAR CON UNA MUJER CON EL OBJETIVO DE PODER PAGAR LA CUENTA.
Entonces, relájate y disfruta de la velada…

Sin embargo, ahora que has asimilado que tu principal objetivo de la noche no es el de pagar la cuenta, sí que tienes que tener en cuenta que puede que a ella sí que le importe quien paga la cuenta.


¿Qué hacer entonces? Me dirás: “Está bien, yo me relajo y no presto atención a pagar la cuenta, pero luego la cuenta viene, yo no la pago y ella se enfada, ¿cómo puedo saber si ella quiere que pague yo la cuenta o no?”

Simplemente, tienes que seguir las pistas que ella te vaya dando durante el antes, el durante y el después de la cita.

Vamos a diferenciar a las mujeres en dos tipos:

MUJER TIPO A: Las mujeres que caen en este grupo no tomarán partida en la organización de la cita, ni intentarán tomar ninguna decisión en la misma. Te dejarán a ti todo el peso de decidir donde ir o que hacer, y te examinarán por la forma como lo hagas.

Consideran que la forma en la que planees la cita les estará diciendo el tipo de persona que eres. Si lo planeas todo al detalle y pensando siempre en sus gustos, considerarán que eres el hombre adecuado para cuidar de ellas el resto de su vida. Si, por el contrario, no lo tienes todo bajo control y la cita es un continuo suceder de acontecimientos impredecibles, ten por seguro que desconfiarán de tu capacidad para cuidar de ella.

Evidentemente, si tu cita es con una mujer que pertenece a este grupo deberías, sin duda, pagar tú la cuenta. Necesitan seguridad, y el hecho de que te hagas cargo de la cuenta se la estará ofreciendo.

MUJER TIPO B: Las mujeres que conforman este tipo son de un estilo más “moderno”. Intentarán ser parte activa de la toma de decisiones de la cita, y no verán ésta como una cita tradicional, sino más bien como una “quedada” juntos para conoceros mejor.

Este tipo de mujeres no quieren que toda la cita esté totalmente organizada para ellas, y valorarán más la espontaneidad. Por supuesto, no te estarán juzgando por tu capacidad para planear la cita.

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Las mujeres de tipo B son algo más impredecibles a la hora del pago de la cuenta. Puede que prefiera que pagues tú todo, que compartáis el pago, pagar todo ella, o que el que ofreció la cena la pague, pero, en el fondo, a ti te da igual, ¿verdad?, después de todo el pagar o no la cena no es tu objetivo principal de la noche.

Pero te oigo susurrar “sí, todo eso está muy bien, pero no me estás dando una solución concreta”.

Está bien, allá va: estáis conversando, la cuenta llega a la mesa, tú sigues conversando, no prestas atención a la cuenta durante un par de minutos, después intentas pagarla, y ella…

a)  se ofrece a pagar la mitad, ¿qué haces?, pagas la mitadde la cena.

b)  se ofrece a pagar toda la cena, porque dice que fue ellala que ofreció queda, ¿qué haces?, dejas que ella pague.

c)  no hace nada, ¿qué haces?, pagas la cena.

Imaginemos un escenario concreto: Sara y Matías han acabado su cena y la cuenta llega, sin embargo, Matías no le presta atención y sigue con su conversación:

MATÍAS: … como te decía, creo que ese es el principal problema que tenemos, y no veo que nadie le esté poniendo ninguna solución.

SARA: Estoy totalmente de acuerdo contigo.

MATÍAS: (Hace ademán de coger el ticket)

SARA: No, pagaremos a medias. Insisto.

MATÍAS: Muy bien, como quieras.

Está claro, ¿verdad?, te ofreces a pagar la cuenta, y luego accedes a lo que ella te pida. Tan fácil como eso.

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Sin embargo, por algún extraño motivo muchos hombres actúan de forma contraria. Por ejemplo:

MATÍAS: … como te decía, creo que ese es el principal problema que tenemos, y no veo que nadie le esté poniendo ninguna solución.

SARA: Estoy totalmente de acuerdo contigo.

MATÍAS: (Hace además de coger el ticket) 

SARA: No, pagaremos a medias. Insisto.

MATÍAS: Ni hablar, la cuenta la pago yo.

SARA: Pero…

MATÍAS: No insistas, no voy a permitir que pagues nada de la cena. 

Mal ¿Por qué a una mujer puede que no le guste que pagues la cuenta, y por qué no deberías insistir jamás?

Vamos a verlo con un ejemplo sencillo.

Imagina que le haces un favor a un amigo tuyo. Con ello haces que tu amigo esté en deuda contigo. Se ha roto el equilibrio en la relación.

Sin embargo, esta falta de equilibrio es pasajera, ya que tanto tu amigo como tú sabéis que dentro de poco él te hará un favor a ti y el equilibrio se reestablecerá.

Ahora, piensa en tu cita. Estás con una chica a la que no conoces, y a la que puede que no vuelvas a ver nunca más.

Si pagas tú la cuenta, ella sentirá que está en deuda contigo, que se ha roto el equilibrio en vuestra relación, y eso le restará poder.

Por ese motivo, las mujeres se ofrecen a pagar a medias la cuenta, para que no se rompa el equilibrio, para no deberte nada.

¿Y qué pensará ella si insistes en pagar?

Pensará que la estás intentando comprar. No importa si tu intención solo es la de quedar bien, y que ni se te hubiera pasado por la cabeza que pagando tú la cena ella está quedando en deuda contigo. NO IMPORTA. Ella tendrá un pensamiento negativo y en su mente se imaginará que lo que quieres es dejarla en deuda.

Y como no quieres que ella tenga ningún pensamiento negativo, la dejarás que pague la mitad, todo, o nada, en el fondo, a ti no te importa, pagar la cuenta no es tu objetivo de la noche.

No obstante, deja que te de dos consejos vitales para tu supervivencia en las citas:

      NUNCA VAYAS A UN RESTAURANTE DEMASIADO CARO PARA TU PRIMERA CITA: Cuanto más caro y elegante sea el restaurante que elijas, más tensión estarás introduciendo en la cita, ya que ella tendrá cierta sensación de que estás intentando “comprarla”. De nuevo, estás generando un pensamiento negativo en ella que no te interesa para nada. La regla básica que debes de seguir es: BONITO Y NO CARO.



      LLEVA DINERO EN METÁLICO PARA PAGAR LA CUENTA: Siempre, siempre, siempre, lleva suficiente dinero en metálico para poder pagar la cuenta, por si tienes que hacerlo. No hay nada más patético que en tu primera cita vayas a pagar la cuenta, y tu tarjeta de crédito no funcione. Confía en mi, esas cosas pasan.

¿Lo tienes claro?

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